domingo, 3 de noviembre de 2013

Recuerdos del pasado

Se me cae y lo recojo, ya es la tercera vez. Es un pequeño anillo de oro blanco y cuarzo azul que me regaló antes de irse y no volver. Me pidió que me casara con él, era muy precipitado, entonces yo solo tenía dieciséis años y él diecinueve. Pero no volvió. Se lo llevaron para siempre. Nos prometieron que era seguro, que solo atacarían una base poco armada. Cuando llegaron les estaban esperando, eran más de mil, y ellos solo quinientos. Cuando se dieron cuenta solo diez consiguieron huir. Él fue el que les salvó, pero le cogieron. Me lo contó su hermano mayor, uno de los pocos que sobrevivieron, se suponía que nosotros no podíamos saber eso. Yo no me lo creí. Hasta que nos trajeron su cuerpo. Llevaba mi pulsera, la pulsera de cuero trenzado que le hice antes de que se lo llevaran. Entonces me derrumbé, me encerré en mi mundo de melancolía. Apenas comía y me quedé en los huesos. No he muerto de hambre porque los vecinos le prometieron cuidar de mi. Pero por dentro yo siento que ya he muerto. Hoy ha terminado la guerra. Dicen que hemos ganado, pero no me importa. Quieren que vuelva a salir, que es lo que él hubiera querido, pero yo solo quiero ir con él. Poco a poco empiezo a hacerlo. Voy a sitios en los que estábamos juntos. Un banco desde el que se ve todo el pueblo, el acantilado... Y entonces empiezo a llorar. Es la primera vez que lo hago, desde que se fue en ese horrible camión directo a la muerte. Estaba demasiado entumecida como para llorar. Volver al sitio donde me pidió que le esperara, donde me prometió que nunca me dejaría sola, hace que vuelva a la realidad, que me de cuenta de que ya no está aquí, que ya no está conmigo, y que ya nunca más lo estará.
Miro al mar y es como si le oyera decirme: <<Seré como esa ola que choca contra la roca. El mar se la lleva, pero siempre vuelve. Pues eso haré. Volveré contigo.>> Entonces me giro y le veo. No puede ser. Será un espejismo, pero es tan real... Me dice:
      -Siempre te querré.
Entonces me caigo. Noto como mi cuerpo choca contra las olas. Y me desvanezco pensando en verle otra vez.

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